Angela Ruth Chaparro Cardenas
Elegí ser maestra porque esta es la profesión más hermosa del mundo y es en la que te sientes con una emoción tan grande cuando te das cuenta que tu labor de enseñar ha sido cumplida. Además en esta profesión no solo uno es el que enseña a los demás sino que los alumnos también te enseñan día a día. Bien dicen que EL ALUMNO SUPERA AL MAESTRO. Al ser maestra me amo, por lo tanto amo a los demás. Al experimentar amor, siento las necesidades del otro, de quien está aprendiendo, lo que me lleva a dar lo mejor de sí para ayudar.
Se es maestro cuando oriento con respeto y amor, cuando comprendo al otro y ayudo a que este entre en el camino que es.
No soy maestra cuando transmito conocimientos. Lo soy cuando posibilito que el otro los construya. No soy maestra, cuando quedo contenta por que mis alumnos, o alumnas me dicen al pie de la letra la lección, la tarea, el examen; o por que me presentan muy bonito el cuaderno.
Soy maestra, cuando logro que mis alumnos comprendan mis orientaciones, las hagan suyas, las modifiquen de acuerdo a sus propios pensamientos y sensaciones; entonces serán capaces de llegar por si mismos a la meta anhelada por él.
Experimentar amor, hace que ame esta profesión, disfrute con lo que hago, me sienta motivada permanentemente. Mire la vida de una manera muy especial.
Todos los días me siento enaltecida, motivada pues los seres son los que mueven el mundo, y esos seres un día estuvieron en mis manos.
¿PODRÁ ENTONCES EXISTIR OTRA PROFESIÓN MÁS ESPECIAL QUE EL SER MAESTRO?
jueves, 11 de junio de 2009
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